Feijóo deja al PP sin pegamento
FEIJÓO SE queda" parece el titular más evidente tras la rueda de prensa del presidente gallego, pero es un titular incompleto.
Lo que ha sucedido este lunes, en realidad, es que las filas populares se quedan sin el único candidato que podría conseguir, al menos a priori, un respaldo suficiente como para poder reflotar el PP sin el temor a ahogarse en el influjo de las mareas internas.
Margallo se presenta para frenar a Sáenz de Santamaría y Casado llega con una carpeta de la universidad llena de minas
Sin el Pegamento Feijóo, la única figura del partido con poder institucional, poder orgánico y una mayoría absoluta, la carrera por la presidencia del PP queda en manos de unos candidatos con poca capacidad aglutinante. Margallo se presenta para frenar a Sáenz de Santamaría, que a su vez carece de apoyos territoriales; Casado llega a la carrera con la carpeta de la universidad minada y María Dolores de Cospedal, que guarda silencio, daría el paso sosteniendo el asfixiante apodo de Doña Finiquita.
De García Hernández y Bayo poco se puede decir porque han venido a darle colorido a la carrera y a autopromocionarse. Ambos saben que el PP no es el PSOE, por lo que no hay lugar a una presidencia sorpresa como la de Rodríguez Zapatero o para una presidencia Sorpresa-Sorpresa, que es como podríamos denominar a la carrera de Pedro Sánchez en general.
De García Hernández y Bayo poco se puede decir porque han venido a darle colorido a la carrera y a autopromocionarse
El panorama en las filas azules se queda ahora lleno de las mismas incógnitas y misterios que han dejado las lágrimas de Feijóo, que podrían interpretarse como un síntoma de emoción ante los que le han apoyado, o como la constatación personal de que, si de esta vez no ha sido, el hipotético sueño de llegar a la Moncloa no será.